La historia detrás del Ingeniero Jorge Newbery (1875-1914)
Jorge Newbery, hijo del odontólogo norteamericano Ralph Newbery y de la argentina Dolores Malagarie, nació en la ciudad de Buenos Aires el 27 de mayo de 1875. A la edad de ocho años, viajó a Nueva York para conocer a sus abuelos paternos y al regresar, estudió en la escuela escocesa San Andrés donde se graduó de bachiller.
Ya desde su adolescencia, demostró una especial inclinación por la técnica y la mecánica. En 1891, volvió a los Estados Unidos para estudiar ingeniería electricista (Universidad de Cornell e Instituto Drexel de Filadelfia). En 1895, de nuevo en Buenos Aires, fue designado jefe de la Compañía Luz y Tracción del Río de la Plata.
En 1896, ingresó a la Marina de Guerra como ingeniero electricista de primera clase (equivalente al grado de capitán de Fragata); tres años después, alcanzó el cargo de Subinspector Electricista. Prestó servicios en los cruceros “Buenos Aires” y “Garibaldi” y por su dominio de la natación, enseñó este deporte en la Escuela Naval Militar.
En el transcurso del año 1900, obtuvo la baja de la Armada al ser designado por el Intendente Adolfo Bullrich, director general de Alumbrado de la Ciudad de Buenos Aires. También en esa época ejerció la docencia en la Escuela Industrial de la Nación, actual colegio “Otto Krause”, donde dictó la materia “Electrotécnica”.
La actividad de Newbery fue vasta y fecunda, entre las numerosas obras que llevaron su sello se encuentran los trabajos de embellecimiento e iluminación de la Plaza de Mayo y de la Avenida de Mayo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, realizados en 1903 y 1910, con motivo de los festejos del “Centenario”.
Como hombre de ciencia publicó numerosos trabajos en los Anales de la Sociedad Científica Argentina, siguió con atención los progresos en materia de electricidad y viajó a París para realizar estudios especializados.
Es importante destacar que las investigaciones y emprendimientos de Newbery tenían el propósito de facilitar su aplicación en el país. No existía tema vinculado al desarrollo argentino, sobre todo en el aspecto energético y de transporte, que permaneciera ajeno a sus inquietudes patrióticas. En un texto de 1904 titulado “Consideraciones generales sobre la municipalización del servicio de alumbrado”, profundizando sobre el bien común y la independencia del país, planteaba la necesidad de que el Estado nacional controlara los servicios e infraestructura públicos.
El descubrimiento de petróleo el 13 de diciembre de 1907 en Comodoro Rivadavia, atrajo la atención de Newbery, quien se abocó al estudio de la producción y aprovechamiento de este combustible estratégico y de sus alcances geopolíticos y económicos a escala mundial y nacional. En 1910, en colaboración con el ingeniero Justino Thierry (profesor de química en el Colegio Militar de la Nación) publicó el texto “El petróleo”, en el que sugería reservar para la Nación las zonas presuntivamente petrolíferas mediante la sanción de leyes adecuadas y expresaba la conveniencia de que, la República Argentina, alcanzara algún día el autoabastecimiento petrolero.
Entre otros los conceptos, sostenía que “...de las leyes a crear para la explotación de petróleo y su reglamentación, dependerá en gran parte el porvenir de esta industria entre nosotros...”.
Sin embargo, el polifacético Newbery no sólo brillaba como funcionario y científico sino también como eximio deportista; ni el boxeo, la esgrima, el remo, la natación, la lucha grecorromana o las carreras pedestres le resultaban ajenos; pero, una nueva pasión terminará por absorber gran parte de sus esfuerzos e intereses: los globos y aeroplanos.
El experimentado aeronauta Aarón de Anchorena en 1907, siendo secretario de la Embajada Argentina en Francia y, de regreso al país, trajo un globo aerostático que bautizó “Pampero”. Newbery, atento a todos los avances científicos y técnicos de la época, de inmediato se sintió atraído por el novedoso elemento aéreo. Anchorena lo invitó a una ascensión que se concretó el 25 de diciembre. Partiendo desde el estadio de la Sociedad Sportiva Argentina (canchas de polo de Palermo), dos horas y cinco minutos después, luego de volar sobre el Río de la Plata, descendían sin problemas en la localidad de Conchillas, República Oriental del Uruguay. El vuelo del 25 de diciembre de 1907 marcaba el nacimiento de nuestra aeronáutica.
Pocos días después, el 13 de enero de 1908, se fundaba el Aero Club Argentino, institución madre de la aeronáutica argentina, cuya Comisión Directiva presidió Anchorena, secundado por Newbery como Vicepresidente 2º.
La trágica desaparición del “Pampero” el 17 de octubre de 1908, piloteado por Eduardo Newbery y el Sargento Eduardo Romero, enfrió por un tiempo el entusiasmo inicial y provocó la disolución del Aero Club Argentino.
En 1909, el Aero Club renació y la nueva Comisión Directiva, elegida en abril de ese año, tuvo a Newbery como nuevo Presidente y principal protagonista. Las ascensiones de este precursor se intensificaron; desde el 24 de enero hasta el 27 de diciembre de 1909 realizó diez, una de las cuales, batió el récord sudamericano de distancia y duración al unir Buenos Aires y Bagé (Río Grande do Sul, Brasil) en 13 horas de vuelo y 541 km de recorrido. En la sesión del 17 de junio de 1910, el Aero Club Argentino le entregó el diploma de piloto aeronauta. En tanto que el 30 de septiembre de 1911, participó con el globo “Patriota” en las maniobras militares de Campo de Mayo en tareas de observación de tiro de artillería, valiosa intervención que le significó una felicitación del Ministro de Guerra.
Un 20 de junio de 1911 recibía el Brevet de Piloto Aviador Nº 8 expedido por el Aero Club Argentino y entre los vuelos más destacados que realizó, figuran el primer doble cruce aéreo del Río de la Plata con un monoplano Bleriot Gnome de 50 hp el 24 de noviembre de 1912, la participación en el primer desfile militar aéreo realizado en nuestros cielos el 25 de mayo de 1913 con un monoplano Morane Saulnier Le Rhone de 80 hp y el vuelo realizado el 10 de febrero de 1914 en El Palomar con un Morane Saulnier que alcanzó la altura de 6110 metros donde lo colocó a escasos metros del francés Georges Legagnaux, quien había batido el récord mundial de altura con 6120 metros. El 12 de noviembre de 1913 por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional le fue otorgado el diploma de Aviador Militar.
En 1912, como presidente de la Comisión Directiva del Aero Club Argentino y con la estrecha colaboración de la Sociedad Sportiva Argentina, desplegó una intensa labor de apoyo y práctica de la naciente actividad aérea. El 10 de agosto de 1912, el esfuerzo mancomunado de este grupo de visionarios entre los que se encontraba Arturo Luisoni, Arenales Antonio Uriburu, Antonio de Marchi, Horacio Anasagasti y Alberto Mascías, dio sus frutos cuando el presidente de la Nación Doctor Roque Sáenz Peña, firmó el Decreto de creación de la Escuela de Aviación Militar, primera unidad aérea de guerra argentina.
Jorge Newbery integró la Comisión Técnica encargada de organizar los cursos, confeccionar los programas de estudio y redactar el reglamento del flamante instituto; también se desempeñó como miembro del primer cuerpo docente dictando la materia Teoría de la Aviación.
En 1913 viajó a Francia donde se entrevistó con las autoridades de la Federación Aeronáutica Internacional, visitó la fábrica Morane Saulnier y fue invitado para dictar una conferencia en el Instituto Eiffel de París, a la que asistieron distinguidos aviadores de la época (Luis Bleriot, Henry Farman, Georges Legagneaux, Roland Garros, Eduardo Audemars y Alberto Santos Dumont, entre otros). El gobierno argentino aprovechó la estadía de Newbery en Europa para encargarle la representación de nuestro país en la Asamblea Internacional de Electrotécnica, que se celebró en Berlín en septiembre de 1913.
De regreso a la Argentina en enero de 1914, retomó una primitiva idea que esperaba concretar cuando las circunstancias le fueran favorables: era cruzar los Andes con un aeroplano. El 23 de febrero viajó a Mendoza, acompañado por su amigo Benjamín Giménez Lastra, y recorrió Puente del Inca, Plaza de Mulas y las Cuevas efectuando un prolijo estudio de factibilidad consistente en el estudio del terreno y de las condiciones atmosféricas.
El 1 de marzo de 1914, mientras realizaba una exhibición aérea sobre el campo de Los Tamarindos en Mendoza el avión Morane Saulnier que pilotaba Newbery sufrió un desperfecto técnico y la aeronave descontrolada, cayó a tierra provocando la muerte del ídolo popular y figura sobresaliente de la aeronáutica argentina.
Por Ley Nº 18559 del 21 de enero de 1970, en mérito a los extraordinarios servicios prestados, Jorge Alejandro Newbery fue declarado Precursor y Benemérito de la Aeronáutica Argentina.
FUENTE:
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Newbery 1875-1914 “El Precursor” - Instituto Argentino de Historia Aeronáutica Jorge Newbery - Buenos Aires 1976
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Dirección de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea Argentina