El legado del Brigadier Guillermo Castellano: más allá de las nubes
El brigadier “VGM” (R) Luis Guillermo Castellano fue un oficial destacado de la Fuerza Aérea Argentina. Nació en Córdoba el 14 de junio de 1931. En 1982, ya con el grado de brigadier, ocupaba el cargo de jefe de la IX Brigada Aérea. Durante la Guerra de las Malvinas, desempeñó un papel crucial como jefe del componente aéreo en el Teatro de Operaciones Malvinas que llevaría a cabo la Operación Rosario, el 2 de abril de 1982. Esta operación implicó la recuperación de las Islas Malvinas por parte de las Fuerzas argentinas.
Luego del 2 de abril, cuando el Conflicto se intensificó, fue designado comandante de la Agrupación Fuerza Aérea Malvinas, dependiente de forma administrativa y funcional del Comando Conjunto de la Guarnición Militar Malvinas, mientras que lo operativo se coordinaba con la Fuerza Aérea Sur, dirigida por el entonces brigadier Ernesto Crespo. Finalmente, el día en que se decidiría la capitulación argentina, el brigadier Castellano conversó con el entonces comandante en jefe de la Fuerza Aérea en el Aeropuerto de Puerto San Julián para solicitar ordenar suspender toda operación aérea.
Castellano fue tomado prisionero de guerra y llevado al buque HMS Fearless, donde permaneció entre el 14 de junio y el 14 de julio de 1982. El 30 de junio pasó al buque Saint Edmund y arribó el 14 de julio a Puerto Madryn desde donde viajó a Ezeiza para presentar los efectivos al comandante en jefe de la Institución.
Se retiró de la Fuerza Aérea Argentina el 31 de marzo de 1983 y efectuó su paso a la inmortalidad el 14 de mayo de 2017 en Alta Gracia, Córdoba a la edad de 85 años. En 2022 fue condecorado de manera “Post Mortem” con la “Orden Héroes de Malvinas” en el Grado “Cruz Honor al Liderazgo en Combate”.
El brigadier Castellano trajo a nuestro país la primera bandera argentina que ondeó en Puerto Argentino, la cual se encuentra actualmente en custodia en el Cuerpo de Cadetes de la Escuela de Aviación Militar.
Su sostén familiar
La familia del brigadier Castellano ha sido un pilar fundamental en su vida, fueron esenciales durante su tiempo en las Islas Malvinas y primordialmente en su regreso. Puede ser habitual que los lazos familiares sean una fuente de fortaleza y consuelo en momentos difíciles. De todos modos, en el caso del brigadier, todas sus experiencias y actos trascendieron la familia de origen, siendo vivo testimonio de la familia aeronáutica. Esto quedó plasmado el día de su santa sepultura, cuando un colectivo llegó sorpresivamente, colmado de soldados quienes descendieron conmovidos abrazando a la viuda e hijos. Todos embargados por el dolor de la despedida concluyeron que en las islas "Tu padre, allá fue nuestro padre".
La calidez humana, el don de gente y valores que transmitía en cada decisión, perduran a lo largo de los años y generaciones. Su nieta Maria Constanza recuerda emocionada la historia del recupero de la Bandera Argentina, "me parece que esa historia describe a la perfección la clase de persona que fue el abuelo, no sólo en lo personal, sino también en lo profesional, lo importante que era para él el honor y el orgullo de ser argentino. Recuperar nuestro estandarte robado y traerlo de nuevo a nuestra tierra" . Valentía, honor y gloria lo conformaban junto con su gran honradez, compasión y dedicación; pero, por sobre todo; esta red inquebrantable de valores las transmitía con su inmenso amor y profesionalismo.
Al respecto, su hija Laura comparte con gran esfuerzo y emoción: "Sin el amor a la Patria, a la familia, a la naturaleza, a sus pares… nada es posible", expresaba agradecida hasta las lágrimas.
"¡Cuánto me hubiera gustado volar junto a mi abuelo y hacer algunos vuelos rasantes como contaba que hacía! " así lo expresaba su nieto Dario con gran fervor. Aunque ningún familiar eligió la carrera militar ni trabaja dentro de la institución, la familia de la Fuerza Aérea sigue vibrando y perpetuándose gracias a su legado. “La última vez que hablé con mi abuelo sobre la guerra, terminamos llorando los dos. Recuerdo aún hoy, y dimensiono la importancia de lo que dijo en esa oportunidad entre lágrimas: ‘Tuve el orgullo de participar en uno de los eventos más importantes del siglo XX’”.
Y durante éste abril 2024, en sala de 4 años al bisnieto del brigadier le contaron sobre la guerra de Malvinas, sus ojitos de asombro y admiración emocionaron a todos, "mi bisabuelo fue parte".
El brigadier un enamorado del cielo, con mirada y silencios profundos, de fe inquebrantable y apoyo incondicional a sus camaradas, lo describen como alguien que trascendió los cargos, los años de servicio y su entrega a la Patria.
Como parte de la introducción del libro “La Fuerza Aérea en Malvinas - Comisión Batalla Aérea por Nuestras Islas Malvinas (BANIM)-, podemos citar sus emotivas palabras donde dejó plasmado su heroísmo en la contienda del Atlántico Sur:
«Dejar testimonio de esta Epopeya es una obligación moral ineludible de los que regresamos, es cavar hondo en el suelo fértil de nuestra nacionalidad. Como dijera nuestro Comandante, nada debe ser olvidado, nada debe ser menospreciado. No tenemos ejemplos comparativos para explicar con ellos lo ocurrido en 1982. Solamente tenemos ―y es de un valor superlativo― un recuerdo y una sentencia. Una respuesta a la esperanza, y una severa y firme advertencia al usurpador. Una promesa, y una actitud: “Tras su manto de neblina, no las hemos de olvidar” es un lema con el que estamos sosteniendo la validez de esta causa, que se instala en el espíritu de las Glorias Nacionales».
La contribución del Brigadier 'VGM' (R) Luis Guillermo Castellano a la historia de la Fuerza Aérea fue profunda y duradera. Su legado perdurará en los corazones de camaradas y colegas, recordado con respeto y gratitud. Lo que trasciende son sus valores vividos y su amor transmitido.
Fuente: Dirección de Estudios Históricos / Libro “La Fuerza Aérea en Malvinas” Comisión BANIM. / @lauracastellano.escritora
Fotos: Gentileza de la Familia Castellano / Nicolas Kasansew