Malvinas: Un legado que se proyecta hacia el futuro
El 1° de mayo en la Base Aérea Militar Morón, se realizó la ceremonia central conmemorativa por el 43° Aniversario del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina (FAA), la primera acción en combate de la Institución. Este hito tan importante se llevó a cabo en 1982, durante el Conflicto del Atlántico Sur.
En esta oportunidad, el evento estuvo presidido por el jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Gustavo Javier Valverde, acompañado por el ministro de Defensa, Dr. Luis Petri, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Xavier Julián Isaac; el comandante general de la Fuerza Aérea del Perú, general del aire Carlos Chávez Cateriano; el titular de la Armada Argentina, almirante Carlos María Allievi y su par del Ejército Argentino, teniente general Carlos Presti; el intendente del municipio de Morón, Lucas Ghi; ex jefes del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea; autoridades del Ministerio de Defensa, las Fuerzas Armadas y de Seguridad, del Poder Judicial y Legislativo; el obispo castrense, monseñor Santiago Olivera; personal militar en actividad; veteranos de Guerra de Malvinas; familiares e invitados especiales.
En este homenaje a los protagonistas de la heroica Gesta la Fuerza Aérea Argentina reconoce una vez más la valentía, sentido de pertenencia, principios, valores y virtudes que caracterizó a su personal en el Conflicto del Atlántico Sur.
Se trata de un legado inquebrantable que trasciende las generaciones, un punto de conexión entre todos los argentinos, fortaleciendo el sentimiento de unidad y patriotismo.
Para dar comienzo a la ceremonia se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino seguido de una invocación religiosa a cargo del obispo castrense monseñor Santiago Olivera.
Posteriormente, se reprodujo el corto institucional que enmarca la campaña del Bautismo de Fuego en el cual se destaca la importancia del legado malvinero y cómo se proyecta hacia el futuro.
Luego, se vivió uno de los momentos más emotivos de la ceremonia: la lectura de los nombres de los 55 héroes caídos en defensa de la Patria pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina seguido de la fórmula de rigor a cargo del titular de la Institución.
A continuación, se efectuó un minuto de silencio acompañado de un pasaje aéreo de los Sistemas de Armas F-28 y C-130 Hercules con desprendimiento de numeral en honor a quienes realizaron su paso a la inmortalidad.
Entrega de condecoraciones
Luego, se entregó la condecoración post mortem “Orden Héroes de Malvinas” al brigadier general “VGM” Ernesto Horacio Crespo con la Orden Héroes de Malvinas en el grado “Cruz Honor al Liderazgo en Combate”, quien cumplió el rol de comandante de la Fuerza Aérea Sur durante la Gesta de Malvinas, demostrando gran liderazgo en la planificación y conducción de las operaciones aéreas, transmitiendo su espíritu de lucha a todo el personal.
En las instancias finales del Conflicto, Crespo indicó que mientras tuviera los medios para combatir continuaría bombardeando a las fuerzas invasoras. A regañadientes, se comprometió sólo a cesar el fuego, reflejando su sentido del deber con la Patria y el personal de la Institución.
María Cecilia Crespo, su hija, profundamente emocionada, fue la encargada de recibir esta condecoración en manos del titular de la Fuerza Aérea Argentina, brigadier Gustavo Javier Valverde.
Seguidamente se condecoró al personal técnico y mecánico de la Fuerza Aérea de Perú (FAP) con la Orden Héroes de Malvinas en el Grado “Medalla Malvinas a la Contribución en el Esfuerzo Bélico”.
Durante el Conflicto del Atlántico Sur el vínculo estrecho con la FAP quedó sellado para siempre con el apoyo brindado a nuestro país a través del envío 10 aviones cazabombarderos supersónicos Mirage M-5P con gran cantidad de elementos logísticos, incluido su armamento. La organización y la ejecución de la operación estuvo a cargo del Escuadrón 612 de la FAP. Por esta razón, su personal fue condecorado en la ceremonia conmemorativa profundizando así el vínculo inquebrantable entre ambos países.
Para cerrar este capítulo de la ceremonia conmemorativa, las autoridades que la presiden saludaron a quienes recibieron condecoraciones y a los familiares que recibieron este reconocimiento en su nombre.
El testimonio del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina
Las palabras alusivas estuvieron a cargo del brigadier “VGM” (R) Guillermo Saravia, quien se desempeñó en el Escuadrón de Vigilancia y Control Aeroespacial (VyCA): “Bienvenidos a la celebración del día más hermoso de las efemérides de la Fuerza Aérea Argentina, el 1° de mayo, el primero de los 45 días de la Batalla Aérea de nuestras Malvinas, nuestro combate de San Lorenzo, nuestra batalla naval de San Nicolás”.
“Estas palabras van dirigidas a ustedes, que están frente a mí, a los herederos del espíritu de la Fuerza Aérea Argentina del 82. Los que están sentados a mi izquierda luciendo orgullosamente sus uniformes de combate, no las necesitan, están repasando mentalmente los nombre de sus amigos y camaradas caídos en combate, están escuchando los sonidos de la batalla y están reviviendo sus experiencias”, explicó el brigadier.
“Hoy hace 43 años, 76 salidas de combate desde las Bases Aéreas de las islas y de las continentales, centenares de rondas de disparos de nuestra artillería antiaérea, 6 roles de combate del radar Malvinas, el personal de ambas Bases en las islas, el sector de Defensa, el Estado Mayor, la dotación aeronáutica del Hospital Militar de Puerto Argentino y muchos más, plasmaron con su accionar la esencia del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina y la entrega en combate de 14 vidas de nuestros hombres durante la jornada la llenaron de gloria” afirmó el veterano de guerra de Malvinas.
“Cuando ningún veterano quede para leer este discurso serán ustedes los que deberán mantener en alto el significado de esta fecha. Serán ustedes los encargados de iniciar la transmisión de esta esencia a las futuras generaciones de la Fuerza”, declaró y agregó: “Quiero que cierren sus ojos y sientan lo que vivimos y sentimos nosotros ese 1° de mayo, la ira, el deseo de devolver golpe por golpe, la ansiedad, los nervios, el miedo, el sudor frío, la alegría, y el llanto. Quiero que a través de esa experiencia se empapen de la esencia, del alma de esa Fuerza Aérea Argentina”.
De esta forma, trasladó a los presentes al fragor de la batalla, evocando la épica del Bautismo de Fuego: “Pertenecí a una Fuerza en la que ese 1° de mayo un solitario Dagger, orbitando en patrulla aérea de combate, le pedía al radar que lo vectoree a un blanco; en la que un capitán, luego de un combate aire-aire para salvar un M-III sin combustible para llegar al continente, entregó su vida bajo una cortinas de fuego amigo; en la que otro solitario M-5, sabiendo de su desventaja, combatió igual a una sección de Sea Harrier, que finalmente lo derribó”.
“En la que una escuadrilla de Dagger, desafiando estadísticas y cálculos del esfuerzo, atacó y bombardeó a tres buques británicos frente Puerto Argentino haciéndonos escapar hacia mar abierto”, comentó y continuó: “Una Fuerza en la que durante la batalla del estrecho de San Carlos se jugó entera y, como acostumbramos a evocar ese momento, puso toda la carne en el asador. Una Fuerza en la que un brigadier, en el momento más álgido de la batalla, durante una reunión en un anfiteatro repleto de tripulantes de los Sistemas de Armas que combatían día tras día, ante la pregunta ‘Señor ¿hasta cuándo vamos a combatir?’ respondió sin dudarlo: ‘hasta el último avión’. Una Fuerza que obligó al enemigo a condicionar la firma del alto el fuego a la promesa de un comandante de no seguir atacando la flota”.
“Deseo con toda mi alma que ustedes pertenezcan a esa Fuerza”, declaró y agregó: “Peleen con las armas que nos da la paz, adiestrándose, planificando, pensando, peleen desde ahora, porque el adversario lo está haciendo, y no tengan la menor duda, que cuando ellos se adiestran y planifican, están pensando en nosotros”.
Asimismo, se dirigió a los veteranos de guerra de Malvinas, a quienes les transmitió el orgullo que siente por combatir junto a ellos.
Además, recordó a los héroes de la Fuerza Aérea Argentina que ofrendaron su vida en defensa de la soberanía argentina, resaltando que “son 55 nombres que les tiene que hacer hervir la sangre porque son el testimonio vivo de lo que quisimos ser, son la muestra de lo que se ha dicho mil veces y que se seguirá repitiendo, son la muestra del morir por la Patria, del morir por la Fuerza Aérea y del morir por el camarada que tengo al lado. Esa es la esencia, es el alma de la Fuerza”.
Por último, concluyó instando a “recordar que las Malvinas son Argentinas, pero recordarlo siempre, recordarlo hasta el cansancio, y qué felicidad, Dios mío, cuando esta ceremonia, bajo el flamear de nuestra bandera, se esté celebrando en la Base Aérea Militar Malvinas”.
El legado de la causa Malvinera
Acto seguido, el brigadier Gustavo Javier Valverde se dirigió a los presentes: “Acabamos de escuchar las palabras de un veterano de Guerra de Malvinas, que transmitió lo que vivió, lo que fue enfrentar, a partir del 2 de abril, al Reino Unido de Gran Bretaña”.
“A 43 años del Bautismo de Fuego de nuestra gloriosa Fuerza Aérea Argentina, nos reunimos para honrar a nuestros héroes que dieron todo sin pedir nada a cambio”, afirmó el titular de la Institución y relató cómo llegó la FAA al 1° de mayo, recordando la impronta decisiva del brigadier general Crespo y los hitos más importantes desde el 2 de abril.
Posteriormente, recordó cada una de las acciones del Bautismo de Fuego, sus caídos y la respuesta argentina ante el ataque británico.
“Quiero hacer un reconocimiento especial a la Fuerza Aérea del Perú, a los técnicos y mecánicos que nos acompañan, y a sus familiares. Le pido al señor comandante de la FAP que transmita a todo el personal de su institución el gran agradecimiento de la Fuerza Aérea Argentina por tal loable acción”, manifestó el titular de la Institución.
“Cada 1° de mayo nuestro corazón late de forma distinta y nos hace sentir orgullosos de lo que somos, somos quienes llevamos en nuestra sangre esa estirpe, ese designio que nos dejaron nuestros Héroes, que tenemos la responsabilidad de seguir manteniéndolo presente, somos sus herederos, somos los que tenemos que continuar con su legado, ese legado marcado con sangre y fuego”, indicó el oficial.
Para finalizar declaró: “Sigamos esforzándonos día a día sabiendo que tenemos una Fuerza Aérea presente, operativa, que vive el Siglo XXI, pero nos preparamos para los desafíos del futuro, llevando en lo más interno de nuestro corazón esa llama viva que nos legaron nuestros héroes de Malvinas. Honor y gloria a nuestros 55 héroes que quedaron en Malvinas, honor y gloria a nuestros veteranos de guerra que están aquí presentes”.
A continuación, el ministro de Defensa pronunció palabras alusivas en las cuales confesó que “me dio orgullo verlos marchar el 9 de julio por las calles de la República Argentina, demostrando que defendieron a la Patria pero que también están dispuestos a seguir defendiéndola, por eso, vaya mi reconocimiento a todos y cada uno de ustedes”.
“Este día es una llama viva en el calendario de nuestra memoria, venimos una vez más, a conmemorar una fecha que quedó grabada en nuestra historia con sangre, con coraje y con patriotismo, una fecha que sintetiza el amor de nuestra Fuerza Aérea, de los hombres y mujeres que la componen, de ese amor inquebrantable por la Patria”, afirmó.
“Hoy venimos en este acto a honrar ese instante eterno cuando el cielo de nuestras queridas Islas Malvinas fue testigo del Bautismo de Fuego de nuestra Fuerza Aérea en aquel 1982, que nos marcó para siempre”, declaró el ministro de Defensa y agregó: “Cuando el cielo se volvió infierno no dudaron, no retrocedieron, siguieron adelante con coraje, con determinación, sortearon lo imposible con una destreza excepcional que seguimos recordando hasta hoy y seguirán recordando las generaciones venideras, con la dignidad como escudo y el deber como norte, porque hay algo que no se negocia y es el honor”.
Seguidamente, la Banda Militar de Música de la Institución se ubicó frente a las autoridades para dar paso al inicio del desfile.
Entonando la marcha de Malvinas, los veteranos de Guerra desplegaron sus estandartes para desfilar con orgullo como protagonistas de una causa justa y en honor a los 55 héroes de la Fuerza Aérea Argentina.
Mientras tanto, el cielo de Morón se teñía de la estela celeste y blanca de la Escuadrilla Histórica Mentor.
El desfile continuó con el paso de las nuevas generaciones frente al sector de autoridades, rindiendo honores a un legado que se proyecta hacia el futuro.