Origen y evolución de la aviación de transporte de la Fuerza Aérea Argentina
El 29 de septiembre fue instituido en 2004 como el Día de la Aviación de Transporte Militar y del Tripulante de Transporte Aéreo por el entonces jefe de Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina en conmemoración del Día de San Miguel Arcángel, patrono de la especialidad.
La presente crónica aeronáutica rinde homenaje a todos aquellos que marcaron una huella en su historia.
Los primeros traslados aéreos en nuestro país se remontan a la segunda década del siglo XX. El 25 de julio de 1911, el piloto italiano Bartolomé Cattáneo efectuó un correo entre Buenos Aires y Rosario; el 2 de septiembre de 1917, Pablo Teodoro Fels llevó a cabo el primer correo aéreo oficial internacional, entre Buenos Aires y Montevideo; el 23 de febrero de 1919, el capitán Pedro Leandro Zanni efectuó el primer vuelo oficial de correo al interior, entre Buenos Aires y Mar del Plata y; en julio de ese mismo año, el teniente italiano Antonio Locatelli en un biplano Ansaldo S.V.A. 5 inauguró el servicio aéreo postal entre Argentina-Chile.
Durante aquellos años, el transporte aéreo de correspondencia, personas y carga se realizaba en aeronaves de distinto tipo hasta que apareció el primer avión de transporte puro, el Junkers Ju. 13 F-13, que realizó su vuelo inaugural el 25 de junio de 1919. Este aparato inició una exitosa carrera en la aviación comercial mundial que se extendería durante todo el período de entreguerras (1918-1939), operado por una treintena de compañías aéreas de una docena de países.
La Misión Junkers llegó de visita a nuestro país en 1924 y trajo algunos ejemplares del Junkers Ju.13 con los cuales, el 1 de enero de 1925, se estableció el Lloyd Aéreo Córdoba, un efímero servicio de transporte postal y de pasajeros entre Córdoba, Villa Dolores y Río Cuarto.
El buen rendimiento de los Junkers Ju.13 interesó a la aviación militar argentina que adquirió dos unidades con capacidad para cuatro pasajeros y dos tripulantes. Asignadas a la Dirección General de Aeronáutica, arribaron al Palomar en 1928. Al año siguiente, se adquirió un tercer ejemplar que llegó en 1931. El Junkers Ju. 13 fue el primer avión de transporte aéreo de nuestra aviación militar.
En 1933, la Fábrica Militar de Aviones diseñó y construyó el primer avión de pasajeros netamente argentino, el Ae T. 1 del que se fabricaron tres aparatos bautizados “General San Martín”, “Dean Funes” y “Jorge Newbery”. Durante 1934 se los empleó en Aero Argentina, una línea aérea de transporte de pasajeros y carga de la Sección Experimental de Transporte Aéreo (SETA), que cubrió la ruta entre El Palomar y Córdoba con tripulaciones mixtas de civiles y militares.
Otro avión que se sumó a la aviación de transporte fue el Junkers Ju. K-43, utilizado como transporte sanitario, de pasajeros y carga. Posteriormente se incorporaron el avión sanitario Ae M.S. 1 (1935) producido por la Fábrica Militar de Aviones, y los bimotores metálicos Lockheed 12B Electra Junior (1937) y Lockheed 10E Electra (1938) para traslados presidenciales, ministeriales, de los altos mandos militares e incluso las rutas de LASO/LADE.
La aviación de transporte asignada al Grupo N.º 1 de Observación con asiento en El Palomar, no estaba agrupada en una unidad o sub-unidad específica por lo que hubo que esperar a 1936 cuando se aprobó la organización de los Regimientos Aéreos que incorporarían un Escalón de Transporte.
Decisiva para la creación orgánica de una aviación militar de transporte fue la llegada en 1937 de cinco trimotores Junkers Ju-52, avión que revolucionaría la especialidad por su robustez, confiabilidad, economía, eficiencia y, especialmente, por su capacidad de asientos y bodega.
En 1940 se constituyó dentro del Grupo N.º 1 de Observación la Escuadrilla de Transporte, la cual pasó a desempeñar tareas y misiones de transporte de todo tipo: logístico, de servicios regulares públicos, de fomento, etc.
El 4 de septiembre de 1940, desde el Grupo N.º 1 de Observación, se inauguró el servicio público de transporte aéreo regular de correspondencia, pasajeros y carga, entre Buenos Aires y Esquel con escalas intermedias, a cargo de Líneas Aéreas al Sudoeste (LASO); el 20 de septiembre de 1943, se estableció Líneas Aéreas al Nordeste (LANE), entre Buenos Aires y las Cataratas del Iguazú; y, el 23 de octubre de 1945, las líneas de fomento LASO y LANE se fusionaron y pasaron a denominarse Líneas Aéreas del Estado (LADE).
A través de LADE, la aviación de transporte aéreo militar llevó adelante una tarea que trascendió lo institucional ya que se puso al servicio de la comunidad contribuyendo a la comunicación, la integración y al progreso económico y social de regiones y comunidades alejadas de los centros neurálgicos, especialmente, de la Patagonia, incluso, llegando sus servicios hasta las Islas Malvinas a partir de 1971.
El 4 de diciembre de 1941, se creó la Agrupación de Transporte al aprobarse los Cuadros de la Organización de Paz del Ejército para 1942. Dicha Agrupación tuvo asiento en la Base Aérea Militar de El Palomar con la tarea de trasladar comandos y tropas y facilitar personal y material a las Líneas Aéreas del Comando de Aviación de Ejército.
En los siguientes años se incorporaron aviones Dewoitine D. 333 y D.338, Douglas C-47/DC-3 y Junkers Ju. 52.
A partir de 1945, ya con la Fuerza Aérea constituida como tercera Fuerza Armada de la Nación, la Agrupación de Transporte incrementó sustancialmente la cantidad de aeronaves. Se sumaron 24 Vickers Viking, 15 Bristol Freighter, 5 cuatrimotores Douglas DC-4, más de 70 bimotores de transporte liviano DH 104 Dove, 12 bimotores sanitarios y de enlace Aispeed AS. 65 Consul y algunos Beechcraft AT-11 Kansan.
El 24 de marzo de 1947, por Resolución Nº 740, se implementó el Servicio de Transporte Aéreo Militar (STAM), un servicio de transporte entre las distintas Guarniciones Aéreas.
El 11 de diciembre de 1947, por Decreto Nº 38.816, se creó el Comando de Transporte Aéreo. La cantidad y diversidad de aviones obligó a reorganizar la Agrupación en tres grupos: el Grupo I (Junkers Ju-52, 2 Lockheed) y el Grupo II (DC-3/C-47), de transporte liviano y mediano, conformaron la Agrupación Transporte 1 (más tarde Regimiento 1 de Transporte Aéreo), mientras que el Grupo III (Bristol, Vickers Vicking y DC-4) concentró el transporte pesado y constituyó la Agrupación Transporte 2 (luego Regimiento 2 de Transporte Aéreo).
El 15 de marzo de 1949 se creó la I Brigada (convertida en Brigada Aérea el 9 de enero de 1951), conformada por la Base Aérea Militar El Palomar y los Regimientos 1 y 2 de Transporte Aéreo, que volverían a nivel de Grupo (entre 1951 y 1971).
A fines de 1971, los escuadrones y las escuadrillas de los Grupos pasaron a depender del jefe de Operaciones, quien tuvo a cargo cuatro Escuadrones: I (Lockheed C-130 Hercules); II (DHC-6 Twin Otter); III (IA-50) y IV (Fokker F-27). Al desactivarse la Jefatura Operaciones (1980), se recreó el Grupo 1 de Transporte Aéreo, cuyo Escuadrón II se conformó con Fokker F-28 y el Escuadrón V con Boeing 707.
De fundamental importancia ha sido la labor de la aviación de transporte aéreo militar para las comunicaciones, la presencia y las múltiples acciones que realiza nuestro país en la Antártida, lo cual se inició el 19 de diciembre de 1951 con la Operación “Enlace” que prestó apoyo aéreo a los efectivos del Ejército Argentino que establecieron la primera Base Antártica de nuestro país (General San Martín). Dicha Operación inauguró una actividad aérea ininterrumpida en la Antártida, que se mantiene hasta el presente, y que se fortaleció e incrementó con la creación de la Base Aérea Conjunta “Teniente Matienzo” (1961) y, especialmente, con la inauguración, el 29 de octubre de 1969, de la Base Aérea “Vicecomodoro Marambio”, hoy Base Antártica Marambio.
El 31 de octubre de 1957, con el objetivo de atender las necesidades de transporte aéreo de correspondencia, cargas y personal de la Fuerza Aérea hacia el exterior, por Decreto N.º 14.510, se creó el Correo Aéreo Militar al Exterior (CAME).
Entre 1966 y 1975, se produjo una importante reequipamiento de la aviación de transporte con la incorporación de los ya vetustos tetramotores DC-6A; el biturbohélice de fabricación nacional IA-50; los DHC-6 Twin Otter (1968); los primeros C-130 Hercules (1968); un lote de bimotores utilitarios y ejecutivos Aerocommander 500U; los primeros Fokker F-27 (1969); la llegada del primer jet de pasajero SE-210 VI-N Caravelle; los turborreactores Fokker F-28 de transporte mixto (1975) y un Boeing 707 proveniente de la Presidencia de la Nación (1975). Posteriormente, se sumarían más ejemplares de C-130/KC-130, F-28 y B-707, de diversas procedencias y versiones.
Conflicto del Atlántico Sur
Heroico desempeño le cupo a la aviación de transporte aéreo militar durante el conflicto del Atlántico Sur (1982).
Desde el 2 de abril hasta el 13 de junio, las tripulaciones llevaron a cabo con gran profesionalismo, determinación y eficacia, el Puente Aéreo entre el continente y Puerto Argentino (uno de los objetivos principales de la Fuerza de Tareas Británica), volando día y noche y burlando en más de sesenta oportunidades el bloqueo naval y aéreo del enemigo a fin de cumplir con la entrega por aterrizaje y lanzamiento de material (munición, armamento, medicamentos, alimentos), traslado de personal y evacuación de heridos.
También ejecutaron misiones de reabastecimiento en vuelo y Exploración y Reconocimiento Aéreo Lejano.
El 1 de junio de 1982, durante una de estas misiones el C-130 TC 63 fue derribado por una sección de Sea Harrier. Dieron su vida por la Patria los capitanes Rubén Héctor Martel y Carlos Eduardo Krause, el vicecomodoro Hugo César Meisner, los cabos principales Miguel Ángel Cardone y Carlos Domingo Cantezano, el suboficial principal Julio Jesús Lastra y el suboficial ayudante Manuel Alberto Albelos.
Misiones de ayuda humanitaria y Misiones de Paz
Desde sus orígenes, la aviación de transporte aéreo militar ha participado, tanto en el país como en el exterior, en múltiples tareas de ayuda humanitaria; por ejemplo, el traslado de enfermos de lepra desde Ushuaia a Corrientes durante la Operación Misericordia (1946-1947); el apoyo humanitario a Bolivia durante las inundaciones en la región del Beni (1947); la lucha contra la langosta (1947-1949); las actividades de la Agrupación Transporte Bogotá (1948), que envió a la Capital colombiana todo tipo de auxilios con motivo de la crisis política y social (el Bogotazo), además de evacuar delegaciones y brindar auxilio a las víctimas; la Operación Bandeja (1953), a causa del terremoto ocurrido en Turquía; la Operación Quito (1953) ante las lluvias e inundaciones que afectaron al Ecuador; la Operación Guatemala (1954), con el traslado a nuestro país de asilados políticos luego del golpe de Estado contra el presidente Jacobo Arbenz Guzmán; y el traslado sanitario de la epidemia de poliomielitis.
La aviación de transporte también aportó su cuota de sangre en misiones de ayuda humanitaria. El 10 de junio de 1970, el Fokker F-27 TC-75, luego de realizar un lanzamiento de carga para los afectados por un terremoto en la zona de Yungay, Perú, se estrelló contra un cerro y fallecieron cuatro de sus tripulantes. Dos días antes, venía efectuando vuelos de reconocimiento, lanzamiento de víveres y medicamentos y traslado de heridos en una zona cordillerana de difícil acceso. Los caídos, capitanes Hugo Rey y Enrique Sarto, y los suboficiales principales Oscar Entezano y Oscar Signorelli, recibieron del gobierno peruano, por “Acción Distinguida” post mortem, las insignias de la Orden del Sol de Perú.
Durante las misiones internacionales de paz promovidas e impulsadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la aviación de transporte de la Fuerza Aérea Argentina ha demostrado su profesionalismo y vocación de servicio como un eficaz instrumento de la política exterior en diversos y exóticos escenarios del planeta, tales como en el ex Congo Belga (1960-1963), la ex Yugoslavia (1992-1995), Mozambique (1993-1995), Haití (1993-2017) y Chipre (desde 2004 a la actualidad).
En sintonía con la política de estrecho acercamiento y alianza estratégica con Estados Unidos (1989-1999), nuestro país contribuyó activamente con la ONU y con la coalición internacional liderada por Estados Unidos luego de la segunda guerra del Golfo Pérsico (1990-1991). Así, la Fuerza Aérea, a través de su aviación de transporte (un Boeing 707 y un C-130 Hercules), realizó durante 1991 numerosas operaciones de transporte de cargas, apoyo general y ayuda humanitaria hacia y desde Cercano Oriente y el Golfo Pérsico.
La aviación de transporte cumplió igualmente una importante labor de ayuda humanitaria para la población civil afectada por catástrofes naturales, en coordinación con organismos públicos (como Defensa Civil) y del ámbito privado, aún a costa de grandes sacrificios. Así sucedió, por ejemplo, durante las grandes inundaciones en el litoral de 1998, cuando personal y aeronaves de la FAA (C-130 Hercules, Boeing 707, Fokker F-28, Lear Jet, Cessna 182, IA-58 Pucará, Aero Commander, IA-50 G-II y helicópteros Hughes 500 y Bell UH 1H) ejecutaron numerosas misiones transporte de carga y personal, distribución de elementos de primera necesidad, evacuación sanitaria y reconocimiento.
La ayuda humanitaria de la Fuerza Aérea ante catástrofes naturales se proyectó igualmente hacia el exterior. Ejemplos de ello fueron la ayuda humanitaria prestada a Venezuela durante una catástrofe meteorológica a través de personal y dos aeronaves (un C-130 Hercules y dos Fokker F-27) que cumplieron misiones de transporte y evacuación (diciembre de 1999-enero de 2000). En 2001, con motivo de un terremoto en Perú, se envió un C-130 que estableció un Puente Aéreo entre Lima y Arequipa para transportar material esencial y evacuar heridos.
La Fuerza Aérea del Siglo XXI
Desde la primera década del siglo XXI la Fuerza Aérea ha renovado su aviación de transporte con la adquisición de distintas aeronaves, tales como los SAAB 340B para ampliar la flota de LADE (2009); un avión de transporte de pasajeros Boeing 737-700 (2021); aviones de transporte liviano y enlace Beechcraft TC-12B Hurón (2021); un avión de transporte pesado Hercules 130 (2023) y dos aviones de transporte Embraer ERJ 140 (2024) con los que se reemplazarán a los nobles Fokker F-28, cuya desprogramación final está prevista para 2025.
Desde 2003 se concretaron distintas iniciativas para revitalizar Líneas Aéreas del Estado (LADE): fortalecimiento del concepto de “vuelos de fomento”, expansión de rutas aéreas, renovación de su flota (adquisición de los SAAB 340) y ampliación de los vuelos hacia otras regiones del país (desde la Patagonia hacia el Norte argentino); en este caso, se destacó el lanzamiento de un importante programa que adquirió la significativa denominación de PATRIA: Programa de Articulación Territorial de Rutas de Integración Aérea.
Durante 2020, con motivo de la pandemia del COVID-19, la Fuerza Aérea cumplió una activa labor humanitaria de transporte, atención sanitaria y vigilancia, en el marco de la Operación “General Belgrano”.
Para ello, se estableció un Puente Aéreo para cumplir vuelos de enlace; transporte de respiradores, elementos de bioseguridad, insumos médicos, muestras de hisopado y ecógrafos; patrullajes aéreos; vuelos sanitarios y de reconocimiento; distribución de víveres y agua potable; instalación de unidades sanitarias (Hospital Militar Reubicable); repatriación de ciudadanos argentinos varados en el extranjero; etc. Durante aquella Operación, la Fuerza Aérea destinó aeronaves Beechcraft T-6C Texan, Beechcraft B-45 Mentor, Tecnam P2002 Sierra, Grob G-120, Cessna C180/182, Hercules C-130, Fokker F-28, SAAB 340, Learjet 35A, Bell 412 EP, MI 171E y Piper PA-28 Dakota.
En octubre de 2023, la Institución contribuyó con medios aéreos y personal en la “Operación Conjunta Regreso Seguro”, en cuya planificación intervinieron el Ministerio de Defensa (a través del Comando Operacional Conjunto), la cancillería y Aerolíneas Argentinas.
Dicha Operación consistió en tareas de rescate, evacuación y repatriación de compatriotas argentinos residentes o en tránsito en Israel durante el conflicto entre ese país y la organización terrorista Hamas, que se inició con los ataques extremistas el 7 de octubre de aquel año. La Operación se desarrolló en numerosos viajes a través de un Puente Aéreo entre Tel Aviv y Roma, para los cuales la Fuerza Aérea destinó un C-130 y el Boeing 737-700 T-99, pertenecientes a la I Brigada Aérea. La Operación Regreso Seguro se desarrolló exitosamente entre el 10 y el 26 de octubre, y durante la misma se lograron evacuar 1023 compatriotas y transportar 10.000 kg. de carga.
A modo de síntesis, se puede afirmar sin lugar a dudas que la aviación de transporte de la Fuerza Aérea Argentina, desde sus primeras manifestaciones, contribuye significativamente al desarrollo del país, al bienestar de nuestros compatriotas y a la defensa y la promoción de los intereses nacionales en el espacio aéreo: “Fidelis et ubique”.